20121030

Sexto Brindis

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Sexto brindis por el primer centenario de la calle Emilio Castelar.
Con la llegada de los años cuarenta y durante cuatro décadas los tramos de la calle reciben nuevos nombres formales, Generalísimo los dos primeros y José Antonio el ultimo, aunque los habitantes siguieron refiriéndose a ella como “La Castelar”
De la mitad del siglo cuando aun se mantiene la poesía popular como reclamo publicitario, traemos un recuerdo de 1947 de la Casa del Vermut o bar de Federico, fundada en 1890.
Si quiere vd refrescar
puede tener la certeza
que la mas fría cerveza
la encontrara en este bar.



En estos momentos y la década de los cincuenta se reforman y abren muchos establecimientos, como la renovación del bar “Pepe Luis”. La apertura de pañerías Carreras, en un edificio comercial que luego albergó los Saldos Arias y hoy sigue siendo comercio de moda. Almacenes Palacio o Tejidos Buendía con sede principal en Ciudad Real. La cadena provincial Tintorería Paton. Almacenes TRESA con su casa central en Barcelona. Eran los años de las maquinas de coser, las SIGMA con el lema “Una Sigma al cabo de cinco años produce en oro lo que pesa” a cargo de Francisco Ruiz en Alcázar y Herencia. La librería  José Antonio Granados. El Capricho de Gerardo Arribas, “la tienda única en botones”. El Pilar de Aurelio Martín Navarro. El Santo Niño del Remedio. Tejidos Cayetano Luna o El Chinero, Librería Imprenta Palmero, fueron algunas de las muchas que abrieron entonces.



Llego junto a este segundo esplendor comercial, el momento de la comercialización de los dulces y frutos secos por diferentes empresas locales “El Palacio de los Caramelos”  de Emilio Arias Lizano. El comercio de Ambrosio Arias Pacheco, el de Fortunato Calcerrada. La Fortuna.  Se extendieron las tecnologías de la época con la venta masiva de aparatos de radio por Iberia Radio de Luis Camacho Ramírez el que fue socio de la PBL, Vaquero que dejo sus aventuras aéreas y fotográficas, o Albino Manzanares, entre otros. Mas adelante el fenómeno de la televisión y los aparatos reproductores generaron varios comercios especializados, mientras que los pequeños electrodomésticos y la línea blanca eran mas propios de las ferreterías o sitios especiales como lo fue Arias. Aunque se mantuvieron las alpargaterías como la de Mary de Wenceslao Estival Medina (alpargatas de cáñamo, mezcla de yute y goma, especialidad en sandalias) o Rafy, alpargataría, accesorio del calzado suelas y tacones. Se lleno la cale de importantes comercios de calzado, especialmente de señora, Calzados Juli. La Giralda de Miguel Morillo Benítez. Calzados Moreno, algunos hoy locales emblemáticos.
Otro tipo de comercios que crecen en estos años son las perfumerías, que mezclan su oferta con pinturas, droguería y otros, entre ellas destacaron con Alderete la de Exoristo Raboso, Perfumería Shangai o Marisol Perfumes, entre otras. Aparecen nuevos negocios como el trato de agente de inmobiliaria de Atienza Campo desde 1956. El alquiler de coches de Saturnino Huerta Morera y los transportes rápidos de Leovigildo Moreno. 


Tanta fuerza tuvo el espíritu comercial de la calle que incluso la apertura del Mercado Municipal en 1954, no afecto a los comercios de alimentación de la misma, conviviendo la alimentación de Montoya, la Vda. de Ricardo Carreño, el Sobrino de Damián con su lema “ser bien servido es un placer además de presentar ahorro en general”. Las carnicerías de Jesús Martín García, Ubaldo Rufo, el comercio de Pablo Fuentes o Marciano Fuentes Raboso “La Carmina” al margen de pescaderías, fruterías y otros que me dejo en el olvido.

Pero junto a este ir y venir de nombres comerciales, también hay un ir y venir de modelos en la búsqueda de adaptarse a los nuevos tiempos; del modelo general de bazar y almacén de todo servicio hemos evolucionado hacia el centro especializado y exclusivo propio de sociedades de amplias clases medias. Del modelo de compra del varón, en el que las mujeres eran tratadas como clientes maravillosos en los comercios; hemos pasado a un modelo donde cliente y dependiente son fundamentalmente mujeres. Entre ambos sistemas la calle renovó buena parte de su oferta comercial, proliferando joyerías, relojerías o centros fotográficos, como Palmero, Flores o la PBL. En testimonio de las relojerías y joyerías, Martínez, Lubian, Pedrero y entre las desaparecidas Paris que hacia resonar en los aparatos de radio, el nombre de Alcazar de San Juan de nuevo junto a Madrid donde estaba su casa principal en las calles de Carretas y Fuencarral. Estos tipos de establecimientos son señas de identidad de la calle.
Con cierto desarrollo social y económico a partir de los años sesenta se incremento la oferta de comercios de tejidos, calzados, decoración y regalos, ópticas, belleza y complementos. Y en los últimos años los relacionados con las nuevas tecnologías o la telefonía.

La estabilización de una clase media local y comarcal, hace que se evolucione hacia un nuevo modelo de relación comercial. Desapareciendo el comercio tradicional en las formas y los establecimientos. Las obras de adaptación, redecoración y de modernización de los locales comerciales establecen una gran carrera de competitividad dentro de la calle. Comienza a aparecer el escaparate de cristal al aire, patios en las entradas de los comercios, se sustituye la vieja madera por aluminio y otras modificaciones que los comerciantes locales realizan para atraer la clientela, sostenerla o procurar que no se desplace a otros puntos de compra.

Conjuntamente otros sucesos están presentes; la evolución del transporte publico, en rapidez comodidad y abaratamiento. El nacimiento de un sentimiento de singularidad, de lo personal, de lo único entre las nuevas generaciones de compradores. La paulatina integración de la mujer en el mundo social activo. La evolución desarrollo e implantación comercial en poblaciones cercanas de menos habitantes, que hasta ahora no habían desarrollado esta oferta a sus convecinos. El asombroso incremento del desplazamiento personal. La incorporación de las  grandes superficies.

Aparece un nuevo sistema comercial que no considera la posibilidad de rescatar los antiguos locales y sus formas, y en la mayoría de los casos las nuevas generaciones familiares no continúan los negocios. Estos no se transforman, ni se actualizan, así desparecen de la calle entre otros, la mercería Casa Antonio, Eufrasia Garzón, comercios Ruiz, Casa Santos, El Capricho, el Pilar, El Chinero, la sastrería de Córdoba, el Palacio de las Medias, sastrería de Matías, sombrerería de Molina, Halago, Shangai, Marisol, Zaleski, Escorpión, el Caballo Negro o Globo Rojo. Los muebles Pareja o los de Lucido González y Saturio. Joman, Modas Ruiz, Tejidos Delgado… han conseguido mantenerse o adaptarse entre los históricos, Galerías Rusan, el Santo Niño del Remedio o la Feria del Calzado y la Giralda entre otros.

 Este salón comercial, siempre tuvo otros comercios, casi exclusivos de la calle, entre ellos las farmacias. Moderna, Perucho, Nieto, Mazarron, Sahagun. Sin contar las de las calles cercanas. Esto producía transeúntes a todas horas al tener que comprar las urgencias de medicamentos día y noche en la farmacia de guardia.

Uno de los sectores clásicos más importantes de la calle es el que tiene que ver con la información y la comunicación. Siendo Alcázar un centro de encuentro y la calle un centro de novedades dieron paso a la aparición de periódicos, imprentas y librerías que en época reciente incorporaron una emisora de radio. Uno de los deseos ocultos de los alcazareños,  divulgar su vida y su actividad en toda la comarca. Se incorpora en los primeros años ochenta como radio Luz, hoy Onda Cero. Desde los primeros años, se impuso el sistema de cartelera y periódico publicitario en carteles ocupando las esquinas de la calle con la de Alberca Lorente. Nace el Amanecer Manchego en los primeros cincuenta, una esforzada publicación de la mano del vecino y medico E. Morales, que tuvo poca duración a pesar de su interés y del vació informativo del momento. La imprenta de Saiz cuna de muchos periódicos locales y la de Palmero que hoy con sus talleres desplazados sigue dando todo tipo de servicios, al igual que la de Mata. Junto a la función de librero de estos dos quedo en el camino la librería de José Antonio Granados y se mantiene el kiosco del Cristo como puesto de venta de prensa y literatura de kiosco. Entre todos ellos mediando el espacio estuvo muchos años hasta los setenta las instalaciones oficinas y locutorios de la compañía de Teléfonos. Todos suponían un conjunto de modernidad exquisita en la mitad del siglo XX, como el anuncio de una nueva forma de vida. 



Entre los nuevos comercios algunos se volcaron a la especialización y la singularidad, las últimas incorporaciones han mantenido aun rasgos más clásicos, como Stylo,  La Frontera de la Moda o bajo el nombre de su propietario, como la cadena Félix Ramiro con sucursal en Toledo y Madrid. Las de la última década han caminado hacia el modelo de franquicias o sucursales de grandes cadenas, Orellana, Benetton, Pilar Prieto, Pronovias, Mango, Leño, Adolfo Domínguez, Stradivarius, Talenti, Mezea, Jugettos y otros impronunciables en la lengua habitual. Las propias de la tecnología, Orange, Vodafone. El fenómeno de la especialización nos ha dejado nuevos comercios de todo tipo, belleza y cosmética, Ives Rocher, lencería exclusiva, nuevos dulces, nuevos bares y nuevos servicios de seguros cajas de ahorro y bancos.

La oferta es hoy mas viva e integral que nunca, como si se hubieran fusionado los diversos intereses de los comerciantes para hacer que la calle siga siendo el “Mayor Almacén de La Mancha”. Ahora hay que estudiar los públicos, los viejos y nuevos clientes, el nuevo aporte de compradores. En este juego de las tres en raya, negocios, comercio y ocio, ha fluctuado la vida de una calle denominada como “La calle más importante de La Mancha”. En la próxima entrega tratamos de acercarnos a la idea de “la Castelar como Salón Social de Alcázar”.

1 comentario:

  1. Federico, olvidas ubicar en la Castelar un servicio fundamental, la Central Telefónica.
    Y frente al Casino otro comercio de ultramarinos, el de los hermanos Carreño, la portada daba a la Avenida de Criptana, frente al cine Crisfel, que si no recuerdo mal todavía existe.

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